Por Héctor "Cacho" Rodríguez

"Estimados Correligionarios"

Frente al desafío que representa este 2015, quiero expresarles que creo firmemente que los partidos políticos son los mediadores entre las necesidades de la gente, los intereses sectoriales y El Estado.
 
14.04.2015 | 19:39
Entiendo que para la consolidación de los principios republicanos y democráticos es necesario además de instituciones democráticas haya sujetos democráticos, por que sólo así podrá crecer nuestra sociedad.

No nos contentemos con decirnos Radicales, sino más bien vivamos como Radicales, preocupados y ocupados por las cuestiones de nuestros pueblos y ciudades.

Nuestra gente esta demandando un verdadero signo político de nuestra parte. Ya lo decía Raúl Alfonsín; “La política no es sólo conflicto, sino también Construcción”

Hoy tenemos frente a nosotros el desafío de militar para que nuestro partido logre el cambio.

Debemos recuperar y devolver la dignidad a los pobres materiales y espirituales. Muchos de nuestros jóvenes están hoy sin modelo ni aspiraciones de igualdad y equidad en el trabajo para que no sean los abandonados del mañana.

Luchemos contra el narcotráfico y la trata de personas, estos flagelos se combaten sólo con más educación tanto en la familia, la institución primordial, como así también en las instituciones de distintos idearios, si trabajamos para estos logros estaremos revisando la marcha de las instituciones del estado y proponiendo un cambio a la sociedad toda, para hacerla volver a sus principios originales del constitucionalismo republicano y adaptarlo a la dinámica de los nuevos tiempos. Solo así la democracia como estilo de vida será una realidad y terminaremos con la votocracia de los beneficios que no brindan inserción real.

Cuando recorremos nuestra ciudad la encontramos fracturada en sus lazos sociales, en la credibilidad de la política, en la calidad ambiental y en particular en la confianza de nuestros vecinos en las instituciones de gobierno. Son 27 años de ausencia de planificación urbana, de un programa de gestión y de un pensamiento estratégico que revierta y evite la degradación de las reglas sociales.

Queremos trabajar para recuperar el orgullo y la esperanza. Sabemos que mucho puede lograrse, cuando se conjugan la política, el coraje para tomar las decisiones correctas y una profunda prepotencia de trabajo. Dejemos de lado el malestar y la indiferencia para volcarnos de lleno a los problemas de nuestra ciudad. Asumamos esa enorme tarea sin miedo.

Hace 31 años que vivimos en una sociedad libre, todavía tumultuosa por la debilidad o la insuficiencia de las instituciones, pero convencidos del mandato democrático, de la necesidad democrática, no nos asustan las diferencias y hemos empezado a comprender que en esas diferencias está nuestra fuerza. De las diferencias surge la invención, el arte, la creatividad.

Pensamos diferentes, desafiamos lo establecido por las autoridades a nivel nacional y provincial, como local, que sólo les interesa, a la mayoría de ellos, dinero, el poder y estar arriba. No tengamos miedo de llevar en alto las banderas del radicalismo la moral, la ética, la tolerancia.

En el 83 la meta central fue no repetir las dictaduras y terminar con la corrupción. Hoy no hay dictaduras, pero si mucha corrupción, inseguridad e impunidad. El lucro parece ser el único horizonte, sin importar los medios para obtenerlo.

Estimados correligionarios y simpatizantes de nuestro partido. El éxito y de esto debemos estar seguros depende de la capacidad de aceptar, valorar y proteger lo diferente. No tengamos dudas ni miedo de ser y sentirnos radicales, de simpatizar con éstos principios.

Debemos convocarnos mutuamente para defender las grandes políticas públicas del radicalismo, que se prolongaran en el tiempo, les pedimos que nos acompañe con su militancia, no dejemos pasar la oportunidad de lograr el cambio.

Este tiempo, debemos plantearlo como el desafío de lograr la alfabetización política de nuestro pueblo, también como un tiempo de la democracia del consenso, del político ético que comprende, primero que nada, la necesidad de actuar al servicio de la verdad, la libertad y la igualdad.

Debemos ser capaces de restablecer la relación entre los que pensamos distinto, sino volvería el embrutecimiento político. Ya no debemos intentar construir desde las dicotomías si queremos recrear la república.

Digamos sí a la amistad cívica y no al enfrentamiento prepotente y la polarización de las ideas.

Tengamos coraje y no nos achiquemos tenemos una doctrina que estudiar, vivir, compartir y recrear con nuestra juventud.

Es tiempo de desempeñarnos con alegría en la función pública que nos toque desempeñar. Existe un mandato de honradez en nuestra militancia que viene desde el comienzo de nuestros tiempos, desde Arturo Illia hasta Alfonsín.

Es un derecho y un deber de cada uno de nosotros comprometernos, por un partido de la militancia de base, con creciente participación de sectores afines, con debate y profundización democrática, con flexibilización de estructura y con mayor cabida a la responsabilidad y participación de los militantes jóvenes.

Para finalizar quiero pedirles a todos ustedes que acompañemos y apoyemos a los trabajadores de nuestra ciudad que día a día pierdan sus trabajos o son precarizados.


* EL AUTOR ES PRECANDIDATO A INTENDENTE POR LA UCR.
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